Hay diferentes problemas que los sobrevivientes a un ataque cerebral deben afrontar en las primeras semanas.

La debilidad o parálisis.
Con el tiempo, los músculos y las articulaciones del brazo o la pierna débiles se vuelven más rigidos o duros.

La perdida del equilibrio.
Puede ser concecuencia de la debilidad o darse sola.

Dificultades para comer.
La mitad de las personas pierden los mecanismos para llevar la comida al estomago (deglución). Por eso hay riesgo que la comida pase por error a los pulmones. A todas las personas con un ataque cerebral se les realiza un examen de deglución, para saber que tipo de comidas puede comer.

Cansancio e insomnio.
Muchas personas que se recuperan de un ataque cerebral se sienten muy cansados, otros tienen problemas para dormir y eso los cansa más todavía.

Problemas para hablar, entender, leer y escribir.
Ese problema se llama afasia. Hay personas que no comprenden lo que se les dice, otras entienden todo lo que les hablamos pero les cuesta encontrar las palabras para expresarse. Estos problemas son más frecuentes en los ataques del lado izquierdo del cerebro, salvo en algunas personas zurdas.

Problemas visuales.
Luego de un ataque algunas personas tienen problemas para recibir, analizar y entender la información que los ojos le mandan al cerebro. Algunos tienen visión doble, otros no ven una mitad del espacio. Esos problemas pueden hacer que la persona se comporte de forma extraña, por ejemplo dejando la comida de una parte del plato.

Problemas en reconocer y usar objetos comunes.
El pensamiento, el aprendizaje, la concentración y la memoria se suelen afectar luego de un ataque cerebral.

Incontinencia.
En las primeras semanas después de un ataque muchas personas tienen dificultades para saber cuándo y cómo ir al baño.

Cambios de personalidad y carácter.
Los cambios en el animo son muy comunes luego de un ataque. Las personas se pueden deprimir, estar tristes, enojados, ansiosos, con baja confianza en ellos mismos.

Trastornos de percepción.
Los cambios en la forma de sentir o percibir a veces cambia luego de un ataque. Las personas pueden contarnos que sienten mucho o muy poco. A veces se vuelven muy sensibles a que los toquen, a la luz o a los sonidos. A veces no sienten el calor o cuando algo está afilado, y eso los puede poner en peligro de accidentes.

Dolor muscular.
El dolor se puede dar luego del ataque, es común el dolor en el hombro porque los mùsculos se ponen rígidos.
La recuperación después de un ataque es muy lenta y gradual. Puede necesitar mucho tiempo, y algunas personas continúan recuperándose después de mucho tiempo.